El nuevo disco de Frank Ocean, "Blonde", fue publicado y sin anuncio previo el pasado sábado. Un mensaje en el Tumblr del propio artista en el que este avisaba a sus seguidores que el álbum ya estaba disponible en Apple Music, plataforma que tiene la exclusiva del lanzamiento durante las dos primeras semanas desde su salida, acabó con la incertidumbre y la impaciencia de los fans del artista y descubrió, al fin, uno de los proyectos musicales más anticipados y misteriosos de la temporada. Más allá de la campaña de marketing gratis que han conseguido Ocean y Apple Music con el retraso de la salida del álbum, prevista inicialmente para el 5 de agosto, la aparición del mismo es otro ejemplo de inventiva promocional.
A diferencia de Endless, el nuevo álbum responde al perfil que la industria, la escena y el público estaban esperando desde el arrollador impacto de Channel ORANGE, su debut oficial publicado en 2012. Una puesta de largo que convirtió al vocalista de Nueva Orleans en un icono del nuevo R&B gracias a su fuerte ambición creativa, unas letras autobiográficas y confesionales de gran poder emocional.
Influido por James Blake muestra fusión entre música urbana norteamericana y electrónica experimental europea, el cantante sigue buscando y perfeccionando en este regreso su propia definición del R&B. Fresco, novedoso, elegante, sofisticado, introspectivo o minimalista, entre otros posibles adjetivos, aunque siempre con el telón de fondo de una evidente proyección y ambición pop: los samples de The Beatles, Gang Of Four o The Carpenters y las colaboraciones de Jonny Greenwood, Beyoncé, Kendrick Lamar, Jamie XX o el propio Blake, entre muchos otros nombres.
El álbum en un principio se titularía Boys Don't Cry y cuenta con diecisiete canciones.
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